Afortunadamente cada vez son más las actividades que se están organizado para promover la participación y la reflexión sobre la convivencia. En todas ellas, he podido constatar que lo que las personas más valoramos es el diálogo entre diferentes. Obviamente, cuanto más diversidad haya podido concintarse, digamos que logrando que personas de las principales sensibilidades políticas estén, ese diálogo entre diferentes es aun más novedoso. Sin embargo, como en algún otra entrada de este blog se ha recogido, la concepción de la diversidad en nuestro pueblo, no se ubica sólo en los extremos, sino que la podemos encontar en espacios ideológicos que podrían considerarse en primera instancia, cercanos. Así pues, el diálogo se convierte en novedad. ¡Bendita novedad!
Las décadas de conflicto sufridas y las heridas aun hoy abiertas, nos han vuelto, en buena medida, sordos y ciegos a los sufrimientos ajenos. Es por ello que siendo conscientes de las diferencias, cuando las personas deciden dar una oportunidad al diálogo, se obra el milagro.
Alguien me dirá que de poco sirve que la gente valore positivamente el diálogo entre diferentes si después nadie cambia sus posicionamientos. No puedo más que negar la mayor. Si el diálogo se produce, especialmente desarrollando su parte fundamental de escucha empática del otro, del diferente, entonces, el posicioamiento cambia. Puede que a una velocidad menor de la que siempre desemos, pero cambia. Y este cambio no va en la dirección opuesta, convirtiéndose uno al credo del otro, sino que nos transforma. Esa es la clave. El objetivo del diálogo no debe ser, convencer al otro hasta el punto de convertirlo en uno de los míos. El fin es hacer del diálogo una herramienta para la elaboración de la realidad, y en nuestro caso de una realidad de dolor y sufrimiento.
Ver a hombres y mujeres, algunos incluso por primera vez, compartiendo espacios y diálogo me llena de esperanza, al tiempo que creo que nos marca el camino. El diálogo como novedad es pues la semilla del deseado horizonte de reconciliación, en el que el diálogo entre diferentes sea la norma.
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