
Refugiados sirios en la estación de Budapest. Foto de dominio público (Flikr)
Joseba Zubialde (elcorreo.com)
Naomí Ramírez, doctora en Estudios Árabes e Islámicos que vivió un año en el país, sostiene que la población huye de las torturas y bombardeos del régimen de El-Asad, no del Daesh.
Naomí Ramírez (Madrid, 1987) es buena conocedora del horror que se vive en Siria. Doctora en Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad de Madrid, antes de la revolución en el país árabe vivió allí durante un año. Una jornada organizada por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Deusto la ha traído a Donostia, donde ha descrito la crudeza de la realidad siria y la complejidad del conflicto.
– ¿Cuál es la situación en Siria?
– Es complicada. Se trata de un guerra enquistada en la que la población se ve atrapada y donde fundamentalmente mueren civiles no tanto por los combates, sino por un dominio del aire que tiene el régimen de Bashar el-Asad que lanza barriles dinamita y bombas contra las ciudades, argumentando que allí hay posiciones armadas. La crisis humanitaria derivada de este conflicto enquistado es de una magnitud incalculable.
– ¿Cómo se llega a este punto?
– Lo que empezó siendo una revolución popular que demandaba dignidad, libertad, derechos sociales y una apertura del sistema político y del poder fue reprimido por el régimen de Bashar El-Asad, que consideró que el país era suyo y que debía defenderlo a muerte, lo que acabó derivando en una guerra. En un momento dado, la revolución se armó aferrándose a su derecho a la autodefensa, amparado por las leyes internacionales. Al mismo tiempo aparecen […]
Entrevista completa: elcorreo.com
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