La imagen pertenece a una publicación que se ha elaborado para denunciar la situación de pobreza de un amplio porcentaje de las personas mayores que viven en zonas rurales de El Salvador. Aunque los trabajos de fotografía están llevados a cabo casi en su totalidad en el Bajo Lempa, en el municipio de Tecoluca (San Vicente) del país salvadoreño, la realidad es extrapolable a todo Centroamérica. Su autor, el fotoperiodista Marc Espín, visitó durante varias semanas 55 hogares de 15 comunidades rurales en las que retrató las condiciones de penuria en las que sobrevive este colectivo, más vulnerable y en muchos casos al cuidado de las generaciones más jóvenes.
El concepto “descartados” es enormemente explícito. Aquel que se encuentra descartado no existe, no figura como individuo productivo, no es útil para la sociedad y por lo tanto pasa a formar parte de un cierto “despojo social”. Eso es la exclusión, la expulsión de una parte de la sociedad de los círculos de influencia, de los ámbitos en los que cuenta y tiene su valor. En esta exposición el concepto queda reflejado de forma palpable y visible. Personas con nombres y apellidos, con historias personales, con trayectorias vitales y familiares más o menos desgraciadas que han quedado relegadas y no son de interés para lo público.
Alrededor de la visibilidad de las personas mayores surgen numerosas asociaciones y plataformas que trabajan desde hace años por recuperar su dignidad y dotarles de una mayor atención pública en El Salvador. La reclamación de estas organizaciones ha sido desde su nacimiento la creación de un organismo específico para las personas adultas mayores “con más competencias, presupuesto y personal capaz y comprometido”. El activista, defensor de los derechos humanos de las personas mayores, Emilio Espín Amprimo (Fundación CORDES), denuncia que el país centroamericano tiene una deuda con este colectivo: un 25 por ciento de las personas mayores no cobran ningún tipo de pensión y una de cada tres es analfabeto. Esto sin añadir las terribles carencias que en materia de salud pública o educación sigue sufriendo la ciudadanía salvadoreña desde antes de la guerra.
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