Descripción de la escena: Miles de personas en fila ordenada esperan para introducirse en el agua con el propósito de atravesar el mar en dirección al otro continente. Niños, adultos, ancianos, mujeres embarazadas, hombres… Cada uno con lo poco que cabe en una bolsa y con demasiadas ilusiones que esperan se materialicen más pronto que tarde. No nos enseñan la cara porque están de espaldas, pero seguramente su rostros reflejen la ansiedad y el miedo del momento. Un cliché que se repite cada día en las costas del norte de África, con el añadido de las mafias que mercadean con la vida de las personas y de los países europeos que permiten el genocidio reiterado.
Cada cierto tiempo, los acontecimientos que protagoniza la Humanidad se repiten de la misma forma y con semejantes objetivos. Los españoles emigraron a Latinoamérica, Rusia, Inglaterra… los portugueses conquistaron las tierras de la Amazonia, los italianos viajaron a Argentina… los franceses se “acomodaron” en Canadá y los ingleses conquistaron América del Norte donde instalaron sus dominios hasta el día de hoy, muchos de ellos desplazando a los pueblos que allí vivían. Y hoy millones de personas (refugiados de guerra, emigrantes de la miseria, perseguidos políticos…) repiten los mismos gestos, las mismas imágenes, los mismos dramas. Pero en este caso el recibimiento es hostil, trágico y mortífero.
Francis Alÿs reproduce en una de sus colecciones de fotografías el éxodo de los italianos hacia América al comienzo del siglo XX. Auténticos editoriales en una sola imagen, ensayos sobre los valores de nuestro tiempo, reflexiones con una carga de profundidad de gran magnitud. Escenas que no dejan indiferente y nos interpelan a los que las observamos con emoción. En ocasiones, el arte enseña nuestras vergüenzas, las expone de forma pública y las ridiculiza para que sean más palpables. La expresión artística tiene la capacidad de criticar, denunciar y evidenciar nuestras paradojas.
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