Como ha sucedido en otras profesiones históricamente, el fotoperiodismo de guerra ha estado reservado sobre todo al hombre. Parecía que la mujer no estaba preparada para enfrentarse y plasmar el dolor que supone un conflicto a través de las imágenes. Parecía que la mujer no era capaz de marchar a lugares en los que se manifiesta explícitamente el odio humano y retratar historias de desesperación. Parecía que la mujer estaba enseñada para ilustrar otra serie de publicaciones, quizás más frívolas o cotidianas.
Un cierto cambio de rumbo puede estar sucediendo en esta realidad, pero hace falta contarlo y evidenciarlo. La periodista Isabel Valdés coordina el blog “Mujeres” dentro de la web de El País. En uno de sus últimos posts “Cuando ellas capturan la guerra” nos muestra una interesante iniciativa que rompe con el cliché de que las guerras son cubiertas siempre por hombres.
La exposición “En primera línea. Fotorreporteras en zonas de guerra” ha logrado reunir en las últimas semanas las instantáneas de catorce fotógrafas en el Palacio Madama de Turín, a propuesta de la Fondazione Torino Musei. Últimamente este mismo palacio se ha dedicado a las mujeres que hacen arte y al arte que retrata a mujeres. Las catorce fotoperiodistas que exponen son Alison Baskerville, Linda Dorigo, Capucine Granier-Deferre, Virginie Nguyen Hoang, Jodi Hilton, Laurence Geai, Camille Lepage, Matilde Gattoni, Shelly Kittleson, Maysun, Monique Jaques, Andreja Restek, Annabell Van den Berghe y Diana Zeyneb Alhindawi. Cada una de ellas, y en circunstancias semejantes, han pisado tierras de Siria, distintos países africanos, Balcanes, Ucrania… para retratar el horror de unas vidas que, en la mayoría de las ocasiones, se topan con la guerra por casualidad.
Las instantáneas casi siempre evocan al dolor pero a veces implican otra serie de sentimientos que también son reflejados. Una de las autoras declara que los protagonistas de sus historias se acercan más fácilmente a ellas por ser mujeres y por ello les es más sencillo penetrar en las vidas cotidianas de las gentes que retratan. A su vez, son conscientes de que en algunos países la mujer sufre el rechazo de ciertos grupos extremistas. La exposición quiere mostrar el coraje y el empuje desde el que está desarrollada una profesión que requiere de valentía pero también de sentimientos de ternura y de proximidad con los que se encuentran al otro lado del objetivo.
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