Miren Gutiérrez (eldiario.es)
Las plataformas digitales, que ofrecen una comunicación masiva e instantánea, han permitido la magnificación del alcance de los mensajes de la ultraderecha. La violencia cometida por individuos y grupos inspirados por ideologías de extrema derecha se considera cada vez más una amenaza transnacional. Esto provoca tres retos de máxima relevancia para nuestras democracias: cómo abordamos la difusión de la mentira, la manipulación y los mensajes de odio; la desconfianza en las instituciones, y la opacidad de las plataformas.
El 19 de febrero de 2020, once personas murieron y otras cinco resultaron heridas en un tiroteo terrorista protagonizado por un extremista de extrema derecha que tenía como objetivo dos bares de shisha en Hanau, Alemania. La masacre fue calificada de acto de terrorismo por el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer. El atacante fue identificado como Tobias Rathjen, autor de un manifiesto publicado online en el que divulgaba odio contra los migrantes.
En Alemania, existe un resurgimiento de varias formas de violencia de extrema derecha organizada y no organizada, incluida violencia similar a pogromos. El director del Instituto Alemán de Estudios de Radicalización y Desradicalización, Daniel Koehler, llama la atención sobre el surgimiento del «terrorismo en enjambre», que define como redes fluidas, enfocadas en la oposición al gobierno y la inmigración, que se movilizan para cometer actos violentos. El término enjambre apunta a la naturaleza cambiante y desorganizada de estos grupos, que pueden incluir individuos sin vínculos previos con el extremismo.
Los grupos de extrema derecha –especialmente supremacistas blancos— están detrás de la mayoría de los ataques terroristas en EEUU, según un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Según el mismo informe, los supremacistas blancos y otros grupos extremistas […]
Artículo completo: eldiario.es
Deja una respuesta