Un día el fotógrafo Jesús Montañana decidió coger su furgoneta y recorrerse toda la península para retratar los lugares en los que alguna mujer había sido asesinada por una acción machista. La colección, que se ha expuesto en numerosas salas y centros culturales en los últimos años desde 2020, resulta enormemente impactante. Los escenarios de estos crímenes son espacios, a veces sobrios, otras sombríos, casi siempre poco transitados y desde que se cometieron los feminicidios, terriblemente dramáticos.
El autor puso como título a su obra “Lo que no se ve”, dando a entender que si no se visibiliza este drama tiende a diluirse en el espacio y en el tiempo. Por eso, decidió dar importancia al lugar de los crímenes. Muchos de ellos no están catalogados como violencia machista, pero su proceder, el asesino que los cometió y las víctimas de dichas agresiones fatales no dan lugar a dudas.
Las fotografías de esta investigación denotan el silencio que queda tras la muerte. El vacío y el desgarro que se ocultan detrás de cada uno de esos escenarios. Son viviendas, hospitales, rellanos de escalera, portales, bares, parques de pequeños pueblos… Todos ellos convertidos en los puntos negros de este itinerario de muerte y desprecio hacia la mujer. El propósito de este trabajo es sensibilizar e impedir que lo que no se ve acabe por desaparecer.
Jesús Montañana, que abandonó su trabajo estable como fotoperiodista, logró con su trabajo el premio del prestigioso Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín, que organizan Gervasio Sánchez y Sandra Balcells desde hace más de dos décadas. El fotógrafo se documentó sobre todos los detalles de las víctimas y de sus asesinatos, hasta el punto de percibir una sensibilidad muy elevada cuando se acercaba a esos lugares.
Deja una respuesta