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Elon Musk (Efe)
Una de las primeras noticias que he escuchado esta mañana ha sido que, si llega a la Casa Blanca en noviembre, Donald Trump está valorando la posibilidad de fichar a Elon Musk como asesor político. Por fin se consuma la fusión visible entre poder político e imperio económico. Se hace realidad algo que se había venido anunciando en la ficción distópica de los últimos tiempos. Como describen estas narrativas fílmicas: los magnates del mercado dominarán el mundo y dictarán los designios de la humanidad. ¿O ya lo hacen?
En la serie de Adam Mckay, Don’t Look Up, también existe un multimillonario apegado al poder que financia campañas y va de la mano del poder político. El figurado empresario Peter Isherwell, protagonizado por Mark Rylance, es una mezcla de Zuckerberg, Bezos y Musk, con aspecto de Steve Jobs. Y para colmo, con una obsesión enfermiza de viajar al espacio… ¿para colonizarlo también?
La figura de Elon Musk despierta asombro y temor a la vez. El sudafricano, nacionalizado y afincado en Estados Unidos, está considerado el ser humano más rico del planeta por Bloomberg y Forbes, y es fundador de SpaceX, diseñador de la marca de coches eléctricos Tesla, y cofundador de OpenAI, entre otras. Es la misma persona que compró Twitter para convertirla en X y poner patas arriba la compañía por dentro y el escenario de las redes sociales.
A veces da la impresión de que los seres humanos corrientes -la mayoría de los ocho mil millones- nos pasamos la vida tratando de sacar adelante nuestros pequeños retos, sufriendo para sobrevivir -hoy en día hay unos cuantos cientos de millones en esa situación-, mientras otros pocos poderosos pergeñan un futuro incierto en el que sólo se salvan ellos.
La noticia que me ha sobresaltado esta mañana continúa asegurando que a Musk se le asignarían las políticas económicas y de seguridad fronteriza, asumiendo un papel bastante activo en asesorar al gabinete Trump en cuestiones formales. ¿Qué tipo de medidas podría asumir una administración aconsejada por la persona que considera que la inmigración puede hacer colapsar EEUU o que ha adoptado una política de personas tan agresiva en aquellas compañías que ha adquirido? ¡Qué miedo!
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