
Roane Carey e Iñaki Gabilondo junto a la profesora María Pilar Rodríguez (Imagen: Universidad de Deusto)
La comunicación política es una cuestión de independencia profesional y de distancia con el poder. Como señala el periodista donostiarra Iñaki Gabilondo rememorando la metáfora del filósofo Schopenhauer, los puercoespines deben mantener la distancia justa entre ellos para poder darse calor, pero sin acercarse demasiado para no pincharse. El periodista debe aproximarse a la clase política para observar la realidad, pero sin intimar demasiado para no empatizar con ella. Si no es así, acaba convirtiéndose en portavoz del poder. El poder está destinado a velar por lo que hace y la misión de los media es desvelarla.
En Estados Unidos se ha vivido en las últimas décadas un viraje de los medios de comunicación hacia la derecha ideológica. Para el periodista de Atlanta, Roane Carey, se ha producido un crecimiento de los medios extremistas con gran influencia en las zonas rurales, que han permitido el avance de personajes como Trump o la expansión de las teorías conspirativas. Incluso los mainstream media, referencias informativas como The New York Times o The Washington Post, callaron en episodios como la invasión de Irak por parte de Bush (2003), y no quisieron ser críticos con aquella decisión. El público tiene derecho a contar con medios de comunicación que se distancien del poder.
La dilatada experiencia del periodista Iñaki Gabilondo es de sobra conocida. Durante más de treinta años dedicado a la radio como conductor del espacio estrella «Hoy por hoy» de la Cadena Ser, y posteriormente en televisión, como editor en espacios informativos de Cuatro y más recientemente de la plataforma Movistar. Por su parte, el periodista estadounidense, Roane Carey, ha sido jefe de edición de la revista The Nation y experto especialista en el conflicto entre Palestina e Israel. La conversación entre ambos se desarrolló moderada por la profesora María Pilar Rodríguez y con la escucha atenta del alummado del Grado de Comunicación de la Universidad de Deusto en Donostia.
El mundo se encuentra agitado y la procedencia de las señales que recibimos se multiplica cada día. Para Gabilondo, la sociedad vive aturdida, y se produce un fenómeno paradójico y aparentemente contradictorio: somos al mismo tiempo la ciudadanía más escéptica, pero la más crédula que ha existido. La gente se muestra desconfiada ante la realidad que observa, pero a la vez se cree casi todo lo que le cuentan sus círculos más cercanos, por ejemplo a través de las redes sociales. Estas nuevas herramientas han traído la inmediatez, pero han disparado la proliferación de basura y han propiciado la pérdida en la capacidad de análisis. Por ello, el periodismo sigue siendo más necesario que nunca, precisamente para ordenar esta situación e introducir su enfoque crítico.
La polarización política y la desconfianza son síntomas de la actual realidad política. Como señala Carey, esta realidad ha generalizado la parcelación de la política y el distanciamiento entre las estrategias de unos y otros medios de comunicación. Muchos de ellos, como el canal televisivo Fox News, jactándose de su actuación en el resultado de las presidenciales de 2020, al afirmar que «sabemos que estamos mintiendo, pero lo seguimos haciendo». Estos hechos han acrecentado el declive de la confianza en la política, pero también en los grandes medios de comunicación.
Ante esta situación de crisis y de «pánico financiero», como califica el periodista Gabilondo la actual situación de la prensa, los medios de comunicación han respondido con frivolización, superficialidad e infantilizando a la sociedad. Las farmacias han ampliado su mercado y a algunas de ellas hoy llamamos parafarmacias. Para el periodista donostiarra, «gran parte del periodismo de hoy debiera denominarse paraperiodismo». Los medios de comunicación han entrado en iniciativas que explotan la «juguetería tecnológica» para lograr el máximo número de likes o retweets en poco tiempo y se han alejado del verdadero sentido del periodismo.
El deber del periodista es decir la verdad a la ciudadanía. Y la narración de muchos profesionales está basada en ideas preconcebidas o en su propio ego. Para Carey, los periodistas se encuentran muchas veces encajados en registros muy concretos. En ocasiones, se les encarga que escriban o hablen de temas menos importantes o secundarios. Sin embargo, en los últimos tiempos han surgido nuevos medios de comunicación alternativos que otorgan mucha importancia a la verificación de hechos (fact check). Roane Carey también recordó iniciativas como el Consorcio Internacional de Periodistas que dio a conocer los «papeles de Panamá» en 2016.
En época de inundaciones suele escasear el agua potable. En «tiempos de abundancia informativa, estamos obligados a descubrir los yacimientos de información veraz». Una de las claves del ejercicio profesional es mantener la independencia. Tanto Carey como Gabilondo coincidieron en la idea de que un periodista independiente es «aquel que habla por su propia voz». Tanto los medios de comunicación como sus profesionales pueden ser de derechas o de izquierdas, pero deben respetar la verdad. Los enfoques son diferentes porque todos somos diferentes, pero se hace imprescindible respetar los hechos, siendo autocríticos y sin trastocar los datos.
En su último mensaje, los dos veteranos periodistas animaron a los universitarios a construir el futuro desde su profesión. Porque «el futuro no está escrito y los pesimistas se equivocan». El futuro lo construyen los seres humanos.
Deja una respuesta